No es una novedad que bañar a los perros es
importante para su higiene, pero ¿y si tu
mascota es un gato? Te explicamos
paso a paso cómo
bañar a tu gato con estos consejos de higiene felina.
1. ACOSTUMBRARLE AL AGUA
2. CEPILLAR
3. JABONAR
4. ACLARAR
5. SECAR
El gato es un animal limpio por excelencia que dedica un buen
tiempo del día a atusarse el pelo con su lengua, un procedimiento que no solo
hace por higiene, sino que
también supone para
él un momento de relajación y bienestar. Pero ¿es esto suficiente para que
nuestro gato esté reluciente?
La mayoría de los gatos no necesitan que los bañes y basta con
proporcionarles una adecuada rutina de cepillados. Sin embargo, los gatos de
color blanco y los que suelen salir al exterior y se manchan necesitan un buen
baño de vez en cuando, y otros como los de exposición necesitan bañarse muy
frecuentemente. En estos casos, es necesario acostumbrarles desde pequeños al
agua y al baño para que no les resulte una experiencia traumática. Y es que no todos los gatos odian el agua; algunos la
adoran porque la han conocido de forma gradual y de manos de un amo informado.
Para bañar a tu gato y que resulte una experiencia
placentera para él y para ti, hay una serie de pautas que debes seguir:
1. ACOSTUMBRARLE AL AGUA
Para que el gato se vaya aficionando al agua y no le
genere rechazo, se puede empezar mojándole con un trapo húmedo y, poco a poco,
ir aumentando la cantidad de agua en el trapo y las partes mojadas del animal.
Después, podemos jugar con
él en
un barreño con muy poco agua y darle premios si acepta
meterse de buen grado.
2. CEPILLAR
Es recomendable que antes de bañar al gato le cepillemos bien, sobre todo si éste es de pelo
largo o semilargo como los gatos persas o el Van turco. Este cepillado evitará
que al acabar de bañarlo se formen marañas de pelo y nudos imposibles de
desenredar.
3. JABONAR
Después de cepillarlo, mojamos su pelo y extendemos por todo su cuerpo un champú especialmente formulado para gatos.
En algunos casos, puede que necesitemos dar una segunda aplicación. No
utilizar los productos que utilizamos para las personas, pues la cabellera de
nuestro gato poco tiene que ver con la nuestra y sus propiedades no se
corresponden con las que necesitan los felinos.
4. ACLARAR
Una vez que el jabón ha hecho efecto, lo aclaramos con abundante agua tibia. Es necesario
poner mucha atención y quitar bien los restos de jabón para evitar posteriores
picores y malestares en el gato.
5. SECAR
Una vez aclarado, procedemos a secarlo retirando la mayor parte del agua con
una toalla y
posteriormente utilizando un secador de aire caliente, un instrumento que
no suele agradar a los gatos y hay que acostumbrarles desde pequeños a su
estruendo.
También es importante que el aire del secador no esté muy
caliente para que no se produzcan quemaduras. No debemos dejar a nuestra mascota
húmeda porque puede afectar a su salud y provocarle un resfriado, a no ser que sea verano y el calor
ambiente pueda completar satisfactoriamente el proceso de secado.
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